Una vez hechos los grupos y conocidos nuestros compañeros de habitación, subimos las maletas a los cuartos e hicimos las camas de nuestras confortables literas.
Con todo preparado, nos disponemos a llenar nuestros estómagos con un suculento manjar: Macarrones con chorizo, San Jacobo con ensalada y naranja.
Y, por supuesto, después de quedarnos bien saciados habrá que recoger lo que hemos ensuciado.
Con todo bien limpito, nos hemos ganado de sobra un tiempo libre para disfrutar de las amplias instalaciones de la granja. Hemos jugado al voleibol, baloncesto, fútbol, con Orión y Luna (los guardianes caninos y bondadosos de la granja), numerosos juegos tradicionales y hasta una improvisada discoteca en El Pentágono.
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